


El 23 de febrero, los medios de comunicación públicos informaron de que la salud de Jorge Mario Bergoglio era crítica. Esto significa que debe considerarse seriamente su inminente fallecimiento. Si se recupera, todavía será necesario afrontar la verdad y abordar la cuestión de la crisis más profunda que la Iglesia ha experimentado a lo largo de su existencia.
Es necesario hacer un diagnóstico verdadero y, a partir de él, extraer un verdadero pronóstico para encontrar una solución salvadora.
Las noticias contradictorias sobre el estado de salud de Jorge Mario Bergoglio arrojan una luz inquietante sobre la gestión de la comunicación vaticana. Hay quienes creen que «el papa ya ha fallecido» y que se lo está ocultando al público. Es evidente que el Vaticano y la Iglesia profunda bergogliana están en pánico y harán todo lo posible para reunir el consenso de los cardenales en torno a algún nombre que continúe la revolución bergogliana. Hay quienes tienen todo el interés en enterrar sus propios crímenes, junto con los de Bergoglio, mientras que en Estados Unidos hay un choque frontal entre el episcopado y la administración Trump, después de que el escándalo de los fondos de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) sacara a la luz la complicidad de la Iglesia católica en el negocio de la inmigración.
El rey Jeroboam estableció un sistema idólatra en Betel y Dan en Israel. Los israelitas ofrecían sacrificios a un becerro de oro en el desierto, y a dos becerros en Betel y Dan. Dios castigó a los reyes y a la nación por esta idolatría con sufrimiento, guerras, y, finalmente, con el cautiverio babilónico. Dios condenó a muchos reyes por su pasividad criminal ya que no pusieron fin al camino idólatra de Jeroboam. Está escrito sobre el rey Omri y otros: «Anduvieron en todos los caminos de Jeroboam, y en el pecado con el cual hizo pecar a Israel» (1 R 16, 26).
Poco después de la investidura del presidente, en Estados Unidos se produjo un cierto desencanto. Al presidente lo han rodeado personas que no se preocupan en absoluto por los valores morales. Su objetivo es alcanzar el nivel más alto de inteligencia artificial y tecnocracia. Guardan silencio sobre los peligros de un desarrollo posterior descontrolado. En última instancia, esto puede acarrear la autodestrucción que abarcará no solo Estados Unidos. Ahora se ha anunciado oficialmente el proyecto Stargate, que estaba previsto a partir de 2022 y comenzó extraoficialmente en marzo de 2024, con Larry Ellison a la cabeza. El transhumanista Elon Musk promueve, entre otras cosas, la llamada ectogénesis, es decir, la «producción» masiva de niños en una incubadora artificial. Ambas personalidades no persiguen el verdadero bien de EE. UU. y de la humanidad, sino todo lo contrario. La tecnocracia también está vinculada a la promoción de la vacunación con ARNm y a la lóbrega visión de transformar a las personas en una especie de biorrobots.
El Vaticano II acabó prácticamente con la verdadera apología y la verdadera misión y abrió la puerta a casi todas las herejías. Es necesario restaurar la misión católica, así como la verdadera apología de la fe. Es necesario volver a través del verdadero arrepentimiento al sólido fundamento de la fe, construido sobre la roca del Evangelio, la doctrina de los apóstoles, la tradición de los santos y los doctores de la Iglesia. El proceso de restauración tanto del individuo como de la Iglesia debe comenzar con el arrepentimiento personal, que supone la separación del pseudopapa Bergoglio, de la criminal Fiducia supplicans y del herético Vaticano II. «Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros» (St 4, 8).
En la parte anterior, analizamos la declaración Nostra aetate del Vaticano II. No solo contiene herejías explícitas, sino que también encierra el espíritu del paganismo. Ahora continuaremos con su análisis y concluiremos con algunas citas de la declaración herética Dignitatis humanae.
Hoy en día nos encontramos en una situación en la que se están destruyendo los valores más esenciales de la sociedad y de la familia y se está promoviendo el paganismo. La cuestión es dónde se encuentran las raíces de este proceso pernicioso. La respuesta es estremecedora: las raíces de la invasión del paganismo y de la satanización se remontan al Concilio Vaticano II. El documento Nostra aetate estableció el respeto al paganismo y, por consiguiente, el respeto a los demonios paganos. Se trata de un crimen terrible y un pecado contra el primer mandamiento. Este crimen lo han camuflado deliberadamente con conceptos positivos como respeto, tolerancia, diálogo interreligioso, etc. El fruto es la maldición de Dios que pesa sobre la Iglesia.
La parábola de los viñadores homicidas (Lc 20, 9-19) es plenamente aplicable al Vaticano II y al período posconciliar que culmina con el archihereje Bergoglio. Bergoglio y la estructura apóstata se han apoderado de la viña de Dios y la están destruyendo.
Bergoglio convocó el Año Jubilar de perdón, ¡pero él mismo rechaza rotundamente el arrepentimiento, condición del perdón! No retrocederá ni un milímetro respecto a la suicida Fiducia supplicans. Bergoglio ni siquiera se retractará del principio del cambio de paradigma, con el que está destruyendo sistemáticamente a la Iglesia católica. ¡Persiste obstinadamente en no arrepentirse! Este usurpador del papado está en constante rebelión contra Dios. Blasfema cínicamente contra Cristo. Peca contumazmente contra el Espíritu Santo. Insidiosamente arrastra a los católicos por el camino del antiarrepentimiento. En este camino suicida, ¿cómo puede este falso profeta proclamar un año jubilar y conceder indulgencias en nombre de Dios? Es una burla al Dios Santísimo y a los santos apóstoles y mártires de la Iglesia. Se está abusando al máximo de una causa santa y de una práctica piadosa. ¿Con qué propósito? Para desviar la atención del necesario paso salvador que supone la separación de Fiducia supplicans suicida y del usurpador del papado.
“Nos hizo merced de preciosas y ricas promesas para hacernos así partícipes de la divina naturaleza, huyendo de la corrupción que por la concupiscencia existe en el mundo.”
2 Pe 1, 4 (desde 12-10-2025 hasta 26-10-2025)